jueves, 1 de noviembre de 2007

Un pasaje


Anclo un montón de noches y
No hay entornos que peregrinen en busca de algo
Una angustia
Un paisaje o
La nada
Los destellos esfumados
La corrosiva letra inventando la melancolía
Anclo la posibilidad de un perfume que
Se desviste en el mar para
No ser el contenido
El cosmos
O el mugido que pesa en las tropas y sus
Delirios muertos,
En la vocación y su taza de café,
En los múltiples dioses y sus esencias
Pesan en este verso que se amortiguan
En cada época
Cada llanto
Cada síndrome que me desnuda en la
Adquisición de los añicos de otros días.


Rosanna Diaz